mercoledì 3 febbraio 2010

SUBLIMACION O NEUTRALIZACION



Sublimación o neutralización
Louis Pecchio

La sublimación es un mecanismo que fue identificado por Sigmund Freud. En cuanto una defensa determina el desplazamiento de un impulso sexual o agresivo hacia un objetivo diferente y, de todos modos, no hacia las actividades sexuales y agresivas, como serìan aquellos relacionados con la vida artística, intelectual y cultural.

Otros mecanismos contribuyen en distinta medida a la motivación y el logro de la sublimación también llamada neutralización. El individuo, de hecho, frente a la acción de sus defensas, siempre tiene una especial necesidad de equilibrio, para su aplicación, la persona debe tomar decisiones en cuanto lo considere apropiado. La sublimación es ciertamente la influencia de estos mecanismos. Esta defensa se puede considerar un mecanismo de éxito y su contribución también puede ser de importancia universal.

La sublimación, a partir de los impulsos libidinales o agresivos puede llevar a la transición hacia una meta más que aquella sexual o agresiva, puede encontrar un uso para el nivel personal o ideológico, sociocultural, como por ejemplo cuando afecta a la defensa intelectual y artística. Esto se produce a expensas de un impulso sexual o agresivo, como ha sido señalado por Sigmund Freud en cuanto “las energías renovables”. De esta manera se pondrá a disposición la obra de la civilización, mediante la liberación de enormes cantidades de energía. (Véase Sigmund Freud, La moral sexual "civilizada" y el moderno nerviosismo)

La sublimación, en su esencia, pretende resolver el conflicto entre la necesidad determinada por el objeto de satisfacer el principio del placer y la necesidad de cumplir con el principio de la realidad. Este mecanismo está destinado a hacer referencia a estos casos a la vez que alcumplimiento de altos valores éticos y sociales de los frentes. El principio del placer está representado principalmente por el cumplimiento directo de la conducta sexual concreta, mientras que el principio de realidad estarìa representado por los valores que implican las barreras de orden social, que impiden el cumplimiento de ese impulso y otros elementos de diversos origen. La naturaleza y orientación de la sublimación son determinadas por la escala de valores considerados en alta estima por el pasado biogràfico del sujeto.

En la introducción, se menciona la defensa de la “utilizaciòn” y de la “simplificaciòn”, para mejor comprensión la razón por la que son mecanismos atractivos, a continuación proporcionamos una breve presentación de estos mecanismos.

La “utilizaciòn” constituye principalmente una defensa basada en la profunda necesidad de una naturaleza primaria, que tiene el individuo sano puede beneficiarse y sacar provecho de su propia vida interior de una dirección correcta que se proyecta hacia un uso equilibrado de las relaciones tanto con los sujetos, tanto con el mundo y la realidad en general. También se trata de la orientación bajo la presión de diversas motivaciones del momento, las tensiones ideológicas y necesidades sociales.

En cambio, la “simplificación”,es un mecanismo llamado a presidir la toma de decisiones de los procesos de la materia, que supervisa los pasos de síntesis interpretativa con la identificación proyectiva y la modalidad del equilibrio. Un punto de enlace entre estas defensas y la sublimación, es que los tres contribuyen a la aplicación de las funciones mentales superiores del individuo.

Consideremos ahora las pulsiones que determinan la forma de impulso, energía, y algunos aspectos de la existencia humana. En primer lugar, en la realidad erótica de la pareja, se observa que son elementos esenciales de nuestras vidas, tanto biológicos como psicológicos. La libido, que es su expresión, se realiza a través de una comparación continua entre varias instancias internas y externas para el sujeto. Estos son de naturaleza variada y con frecuencia son contradictorios entre sí. La orientación para la selección y operación de las instancias en este concurso representa para la persona una oscilación constante entre el principio del placer y el de la realidad, entre sus factores homólogos tenemos la función mental de la homeostasis. Estas opciones y decisiones están bien representadas por la simplificación. (Véase Luigi Pecci, La simplificación o reduccionismo, En "Simposio", Fall 1999, No. 12.)

Debido a que nuestro equilibrio tiende continuamente a una situación de homeostasis, la misma sólo puede lograrse mediante la coordinación adecuada de las pulsiones en relación con la disponibilidad del sujeto. Sin embargo, las energías no siempre están armonizadas y en equilibrio con los demás como es el caso del mecanismo de la “utilizaciòn”. Muchos jugadores están sometidos a la disarmonìas y psicopatologías tales que, en lugar de emerger el mecanismo de la “utilizaciòn”, sobreviene el mecanismo operativo de la instrumentalizaciòn, aquí se trata en un capítulo aparte. La agresividad, inherente a la naturaleza instintual y la impulsividad, a las producciones derivadas, puede llegar a tomar el control. Por lo tanto la energía psíquica, en vez de canalizarse hacia un proceso de sublimación, puede ser expresado por la forma negativa de la instrumentalizaciòn. Obviamente, la agresividad es tal que difícilmente podría ser sublimada, porque, como demuestra el estudio de las perversiones, de estos trastornos, esta adquiere un carácter de co-acciòn.

Desde nuestros comportamientos, ya sea consciente o inconsciente, sexualmente determinado, una serie de operaciones que realizamos de la "naturaleza" aparentemente "inocentes" se realiza incluso en el rostro de cumplimiento, de notificación a la instancia de la reproducción de la especie y el de la sexualidad conectado a la primera. Esta energía principalmente en lo biológico y en lo fisiológico es crucial para la reproducción de la especie, puede, en la condición humana, ser motivo de transformaciòn hacia otras direcciones, así como el de la sexualidad (en el caso de la sublimación).

Sublimación, operando o procediendo desde las pulsiones y los valores en general,seudointerpretados como "bajos" o sin "pretensiones intelectuales, se contrapone a los mismos valores que recibieron - a través de una serie de pasos - en los valores "superiores", nobleza espiritual detrás del empuje de una tensión interior profunda, es un factor existencial y cultural. Es una defensa para que, quizás, en parte, aún no hay teoría psicoanalítica coherente y global. Este mecanismo genera una transferencia de la libido y la transición hacia las funciones mentales superiores con respecto al objetivo sexual común: de este modo, la energía libidinal que figura en el impulso sexual se dirige hacia otras tensiones y hacia actividades humanas que aparentemente no están relacionados con la sexualidad. Tal vez la inestabilidad de las fronteras entre "valores “altos” y valores “bajos”, incluso en relación con los cambios socio-históricos y culturales, explica la fugacidad y la fragilidad del concepto de sublimación y de las dificultades para definir en términos de la teoría psicoanalítica.

Hay otras variables importantes que predisponen a la sublimación y por lo tanto se cuenta, entre ellas, un alto coeficiente intelectual y un fondo cultural distintivo. Albert Einstein, absorto en sus meditaciones sobre la ciencia, descuidado sus deberes maritales como amar a su esposa, de modo que ella debìa que recordàrselos.

En relación con la sublimación, podemos decir que es la trivialización de las defensas orientadas en direcciones opuestas. De hecho, es un mecanismo de defensa del ego que le permite subestimar la importancia de los acontecimientos o graves y complejos problemas que el individuo no sabe cómo resolver o tratar, procediendo asì a la represión o a la disminuciòn de su intensidad. En otras palabras, la banalizaciòn de los recuerdos mediante la verbalizaciòn lleva a resolver situaciones que de otro modo implicaría fuertes implicaciones emocionales. Por ejemplo, la persona incapaz de hacer frente a un tema determinado de valores puede optar por la adaptación a las leyes de la lógica del consumismo.

Cuando este mecanismo logra su propósito, conduce a una situación similar a la que se produce en la sublimación con una represiòn de la ansiedad y una recomposición de un nivel emocional tolerable. Esta banalizaciòn - pese a tener un cierto paralelismo con la sublimación - tiene una escala de direccionalidad diferente.

En realidad, la sublimación determina el desplazamiento de un impulso agresivo, típico de la actitud sexual, hacia una meta no agresiva y no sexual, tiende a una mejora en las actividades sociales, tales como actividades artísticas o intelectuales.

Sigmund Freud fue el primero en mostrar - en este poder de sublimación - la fuente y la sustancia del proceso de la civilización, sin embargo, comprende, en términos diametralmente opuestos a los que figuran aquí como casos típicos de la trivialización. (Véase Luigi Pecci, Trivializar, En "Simposio" Primavera '97, No.7, p. 125.). Mediante este mecanismo, la libido pierde su carga sexual al modificar el nivel de los valores determinados, o se orienta hacia "los no valores" con frecuencia de caràcter mediocre.

Según Freud, "El deseo sexual - o, más bien, el instinto sexual, desde la encuesta analítica nos enseña que el instinto sexual se compone de muchos componentes, de muchas pulsiones parciales - es probablemente el más desarrollado en los seres humanos que en la mayor parte de los animales superiores y, sin embargo, más constante, ya que prácticamente ha superado la frecuencia con la que está vinculado en los animales. Se pone una enorme cantidad de energía disponible a la labor de la civilización, y que debido a su especial calidad de ser capaz de mover su notable objetivo sin disminución esencial de la intensidad. Llamamos facultad de “sublimación”, a esta propiedad que puede cambiar el acto sexual original por otro objetivo, ya no sexual, pero psíquicamente relacionado con el primero. En contraste con esta posibilidad traslaciòn, que constituye el valor de la civilización, el deseo sexual también admite una fijaciòn particularmente obstinada, que le hace inutilizable y, a veces hace que se degenere en las asì llamadas anomalías psìquicas. La intensidad del impulso sexual original probablemente varía de individuo a individuo, sin duda es la parte oscilante de lo que se presta a ser sublimada. Presentamos que es la primera organización para determinar qué parte del impulso sexual congénito mostrará la sublimación y el uso en cada individuo, además, influye en la vida intelectual ejercidas sobre el parato psíquico para dar lugar a una sublimación posterior. Sin embargo, la certeza de que este proceso de desplazamiento no puede continuar indefinidamente, ya que no puede ser la transformación del calor en trabajo mecánico en nuestros automòviles. En cierta medida, la satisfacción sexual directa parece indispensable para la mayoría de las organizaciones es una variable individual cuyo fallo se paga con fenómenos que, en virtud de su acción nociva sobre la función y su naturaleza subjetiva del dolor, se debe considerar mórbida. (Véase Sigmund Freud, La moral sexual "civilizada" y el nerviosismo moderno [1908].

Creemos que la sublimación utiliza energía neutralizada, después de haber sido transformado el impulso sexual agresivo. De hecho, la energía libidinal, de acuerdo a las leyes del proceso primario, tiende naturalmente a una descarga inmediata, dirigida a una vìa sexual o un objetivo agresivo. Por tanto, es neutralizado, convirtièndose en energìa disponible para actividades de caràcter sublimado y segùn la orientaciòn del yo. El sujeto es construìdo, en relación con su cultura, los valores a la que aspira, de acuerdo a su formación, su carácter, puede implementar un mecanismo de sublimaciòn.

Según Freud: "La doctrina de los instintos es, por así decir, nuestra mitología. Las unidades son entidades míticas, grandiosas en su indeterminaciòn. No podemos descuidar nuestro trabajo, nisiquiera un momento, y aunque nunca estamos seguros de elegir con claridad. (...) Nos dijimos que la distinción es probablemente equivocada, para empezar, dos pulsiones principales, impulsos o especies de pulsiones o grupos de pulsiones, de acuerdo a dos necesidades bàsicas: el hambre y el amor. A pesar de que normalmente defienden celosamente la independencia del psicoanálisis de todas las otras ciencias vemos, a pesar de nosotros, un hecho biológico irrefutable, lo que demuestra cómo la vida individual se sirve de dos objetivos: la auto-preservación y la conservación de la especie. Ellos parecen independientes unos de otros, a nuestro entender no han encontrado todavía una derivación común, y sus intereses están a menudo en desacuerdo entre sí en la vida de los animales. Esto significa, de hecho, hacer de la psicología biológica, para estudiar los fenómenos psíquicos en relación con los procesos biológicos. Los representantes de esta opinión son los "yo-instintos y los " impulsos sexuales ", que fueron presentados por nosotros en el psicoanálisis. Entre los primeros en incluir todo lo que es relevante para la preservación, la afirmación y la expansión de la persona. En segundo lugar, nos es pontáneamente dada la variedad que proviene de la vida y la de ese niño perverso sexual. En cuanto a la investigación de las neurosis, es reconocible porque limita el poder y elimina la orientación sexual y lo que es limitado y eliminado, creemos que toque no sólo la diversidad, sino también al conflicto entre los dos grupos de unidades. Objeto de nuestro estudio fueron los primeros impulsos sexuales, cuya energía ha sido llamada "la libido". En relación con ellos, hemos tratado de aclarar nuestras ideas sobre el problema de qué es un instinto y què es lo que puede atribuìrsele. Este es el propòsito de la teoría de la libido.

Así, una pulsiòn se diferencia de un estímulo por el hecho de que proviene de fuentes internas de estímulo para el cuerpo, actúa como una fuerza constante y la persona no puede escapar mediante el mecanismo de la fuga, como se puede hacer con el estímulo externo. En la unidad se pueden distinguir: fuente, objeto y objetivo. La fuente es un estado de excitación en el cuerpo, el objetivo de la eliminación de esa excitación, a lo largo de la ruta de la fuente a la unidad de destino se vuelve físicamente activo. Nos la representamos como una cierta cantidad de energía que presiona hacia una dirección determinada. De aquí se deriva la prensa como "unidad". Se habla de pulsiones "activas" y "pasivas", pero debería decir más exactamente: metas pulsionales activas y pasivas, así como para lograr un meta pasiva es evidente que hay una pérdida de actividad. La meta puede ser alcanzada en el propio cuerpo; por regla general, sin embargo, se introduce un objeto externo en relación con el cual la unidad llega a su meta externa, el medio interno es siempre la mismo, a saber, el cambio de percepción de satisfacción corporal. No hemos podido aclarar si la relación con la fuente somática otorguea las pulsiones su especificidad. Como prueba de la experiencia analítica, es un hecho indudable que los impulsos instintivos procedentes de fuentes identificadas pueden estar asociados con los impulsos de otras fuentes compartiendo el destino ulterior, y que por lo general una satisfacción pulsional puede ser sustituida por otra.

tambièn la relaciòn de las pulsiones con la meta y con el objeto admite variaciones: los dos se pueden intercambiar con otros, mientras que puede ser más fácil de distensionar la relación con el objeto. Un cierto tipo de modificación de la meta y el cambio del objeto, cuando se toma en cuenta nuestros valores sociales, y que hemos designado como "sublimación". Además, también tenemos motivos para distinguir las pulsiones que están inhibidas en su “meta", o acciones pulsionales provenientes de fuentes determinadas e inequívocas, pero hacen un alto en el camino hacia el cumplimiento de la satisfacciòn, de este modo viene a formarse una inversión objetual duradera y persistente [emocionalmente].

De este tipo es, por ejemplo, la ternura hacia los demás, que se mueve, sin duda, por las fuentes de la necesidad sexual e invariablemente por su renuncia a satisfacerla. "



La referencia a Eros de Freud de que se puede transformar en la ternura es en nuestra opinión, un avance de los estudios sobre la formación y constitución de las emociones, particularmente adecuado como mecanismo de defensa (sublimación), debido a un Eros-destino diferente que pueden transformar estas pulsiones de vida, que muestra el afecto en cuanto un procedimiento previo para la transformación de las emociones. Esta pantalla es, sin duda una convocatoria de investigación en esta dirección: el amor que podía ser amor libidinal y apasionado, el efecto de una forma elevada de pensar aùn no hecho y las energías liberadas, que se han convertido en sublimada ternura.

En este capítulo, se hizo referencia a más de un mecanismo de defensa tratando de indicar los puntos de contacto a fin de determinar los detalles, los efectos de las interacciones entre las defensas psicológicas en nuestro microcosmos.

Nota del Editor
Este documento es una capìtulo de Luigi Pecci "La huella del manto inmenso - metapsicología de los mecanismos de defensa y adaptación"

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